DE (RE) iniVSTITIAM. LA COSA INJUSTA...

Desequilibrio. 1995. Temple al huevo sobre lienzo. (C) LEVD.

Para los que vivimos en vanguardia, a pie de trinchera, legionarios sin cabra de la kultura, a veces, LA INJUSTICIA, es un sentimiento que nos golpea; primero como una promesa probable...; pero de pronto se cumple a rajatabla.

Luego, cuando se nos instala dentro, y ha bajado de la cabeza (CPU) hacia zonas más inestables, sabemos de su amargor constante.

La INJUSTICIA repetida y persistente es esa vergüenza ajena, cuando uno ve cómo complace sobremanera a sus ejecutores.

Mientras tanto, permanecemos sentados y piensas que aquello no te está pasando; que solo es una pesadilla del otro de la realidad de todos los sueños que a veces nos visitan.

La INJUSTICIA no necesita veredictos ni tribunales. Es una constante humana. Solo el que la ha sentido y saboreado en su totalidad estará dispuesto a la duda dogmática, en esa fase sucia y complaciente cuando, a veces, la vida nos da la oportunidad de practicarla -o no- con los demás.

Pero para entonces ya sabemos de su acre sabor; del vértigo en las tripas instalado, y de la mala leche del que la ha cumplido, reo de su cárcel invisible.

Entonces es cuando la verdadera calidad humana -de cada cual-, la empatía y la buena persona, se tienen que imponer sobre esa masa del desgarro que es una humanidad INJUSTA: hacer valer el "in dubeo pro reo"

Porque ni para la injusticia hay suficientes fiscales, ni nosotros los reos podemos justificarla con violencias.

Dejar en ridículo al injusto quizás sea la más lograda obra de arte del sadismo: Humana Humanidad

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